dimarts, 11 de desembre del 2007

Esputo

Se levantó, confuso, con los miembros abotargados y sin tacto. Algo golpeteaba en sus sienes. Dio un par de pasos vacilantes y se aferró al marco de la puerta para no caer desvanecido. El dolor era excesivo. La visión, borrosa. Lentamente fue retornando a un estado más llevadero. Renqueó hacia el cuarto de baño mientras eructaba. Un barreño metálico con agua lo esperaba. Estaba sucia. Hundió sus manos en ella y se restregó la cara. Después, alcanzó una toalla que colgaba del grifo de la miserable ducha. Hacía ya demasiado tiempo que el barreño suplía sus funciones. La toalla estaba apelmazada y olía. También su aliento. Se enjugó el rostro y escupió en el barreño. El compacto y mugriento esputo se hundió pesadamente en el agua acompañado de un profundo sonido. Contempló con fascinación cómo se creaban ondas en la turbia superfície acuosa. De repente, su mirada topó con la imagen de otro ser. Era una imagen horrible, inmunda; una imagen que no quería reconocer como propia. Su asco y aversión hacia ella fueron instantáneos e infinitos. Con un iracundo y potente golpe del antebrazo precipitó el barreño contra el suelo. El recipiente, al rebotar sobre el enlosado, inundó con su estrépito metálico el repugnante bloque de viviendas. Por la ventana abierta penetraron los gritos viejos y roncos de una mujer. Era una voz quebrada por la ginebra, de no más de cuarenta años, que aparentaba por lo menos tener sesenta. El autor del estropicio sugirió a la mujer una acción en la que hacía partícipe a sus genitales, rubricando la frase con una clara alusión a la poco honrosa ocupación profesional que ésta ejercía todas las noches. La mujer calló. El hombre volvió a escupir. Tenía los pies mojados. Pensó en lo ridículo de su ser, de pie, semi-desnudo, con las plantas bañándose en agua sucia, el aliento pestilente, la mirada perdida, la mente maquinando insultos pobres y nada inteligentes. Estaba completamente sucio. Estaba sucio de la cabeza a los pies. Le hizo gracia este pensamiento. De la cabeza, a los pies...y se tiró de cabeza.